Se acabó mi etapa en el CBC

En los más de cinco años que llevo en el colegio ha habido momentos buenos y malos.

Primero empezaré con los momentos malos, que son los que menos tengo. El peor, es cuando los profesores nos daban la charla cuando no hacíamos las cosas bien, repetían una y otra vez que como siguiéramos así, no llegábamos a bachillerato, aunque siempre nos lo decían por nuestro bien. O aquella vez en la que todos los cursos de la ESO se fueron a un albergue y los de cuarto nos quedamos dando clases.

Por el contrario, los momentos buenos han sido muchos. Recuerdo las veces que tras una celebración en el salón de actos nos daban chuches o chocolatinas. Cuando nos dejaban un rato más en el patio o cuando nos íbamos de excursión o, simplemente,cuando por algún acontecimiento nos perdíamos clase.

En el colegio ha habido varios profesores que de una u otra forma me han marcado. Entre los que dejaron el colegio se encuentran:

Víctor, nuestro profe de inglés, que repetía constantemente “cuando me jubile me iré a vender melones”, o “amigüito que se te sube a la chepa” frases que echamos de menos. Espero que le vaya muy bien.

Patricia, la profe de lengua, sus clases eran muy divertidas, aunque fueran a primera hora y lograba despertarnos a todos. Todavía nos debe un desayuno, espero que se acuerde. La recordaremos siempre.

Marisol,  profe de religión y de otras cosas. Ella nos enseñó a valorar y ver el lado positivo de la gente.

Elena, la orientadora, que siempre estaba dispuesta a ayudarnos y cuando le pedíamos comida, nos daba. Ese cajón de su armario no tenía fondo.

Sergio, el profe de inglés, nos hacía reír siempre con sus chistes buenos, no como Mario. ¡Eh!¡Mario!

Entre los profesores que siguen en el colegio y que nos han marcado me acuerdo especialmente de Charo, ella siempre está ahí para ayudarnos.

De Mario, que nos hace reír siempre con sus chistes malos y que me ha enseñado a perder el miedo al escenario.

Lorena, una de las profes de sociales y apoyo de lengua. Con sus charlas conseguía animarnos.

Angela, la jefa de estudios, que, aunque de lejos puede parecer un poco seria y estricta, cuando la conoces, es super maja y te dice palabras bonitas cuando lo necesitas. Ella siempre está para ayudar, siempre recordaré las veces que al llegar al colegio ponía música, aunque sigo sin saber para qué era, si para animarnos o despertarnos. Y cuando gritaba en las escaleras al llegar al colegio “venga que ya queda menos para el viernes” aunque fuera lunes.

Otra de mis profes preferidas es Begoña, gracias por hacer que me interesen las mates, “aunque te ha costado dos años”, pero como me dijiste el primer día en tercero “estarías para ayudarme”. Gracias.

Ventura, el profe de religión. Gracias por la paciencia que has tenido con nosotros, aunque no lo parezca te queremos.

Eliseo, ¡qué decir de Eliseo! Profe de educación física. ¡No he hecho más fichas en toda mi vida! Aunque sus clases eran un poco duras, nos lo pasábamos bien. Te hemos echado de menos estos meses.

Y voy llegando al final. Trini, mi tutora en sexto de primaria y mi profe en primero y segundo de la ESO. Eres una directora muy buena, gracias por todas las veces que nos has ayudado y por aquellas en las que nos dabas chuches. Gracias también por todas las veces que hemos ido a tu despacho a contarte nuestros problemas o con el miedo a una regañina. Contigo todo ha sido menos duro.

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