El sonido de tu voz, me acompaña en este maravilloso viaje.
Cierro los ojos y siento que estás conmigo.
Con tu bravura, olor a salitre, con tu azul incomparable y guiado por el viento.
Con tus amigas las olas, arena, rocas y piedras de pedernal sobre la piel.
Algas que bailan al compás meciéndose con ternura.
Te confundes con el cielo y a lo lejos se divisa un barco de vela para seguir tu viaje.
Entonces, me llamas.
Mar que te desnudas ante mí, que me escuchas sin recelos,
Mostrándome un horizonte libre.
Amo esa libertad y quiero sentirla una vez más a tu lado.
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