Teresa Rodón, nuestra fundadora,
nos mira y sonríe hoy y a todas horas.
Sus ojos abiertos al alma y al cielo,
lo expresan ya todo, fe en el universo.
Manos que te ofrecen tanto amor y esfuerzo,
nos hablan humildes, abiertas al viento.
¡Cuanto sentimiento!
Te cantamos todos, voces que te llevan hacia el Buen Consejo.
Gracias estar y escucharnos, espíritu eterno.
Flores, ricos dulces, para ti el cielo que brilla azulado intenso.
Felicidades hermanas por compartir con nosotros este regalo inmenso,
que nos ofrecisteis un día como sendero de vida, esperanza, oración y beso.