Llegas sin avisar. ¡Sorpréndeme de nuevo!
Una ráfaga de aire, envuelve mi piel en un escalofrío, por el cambio de estación.
Haciendo un travieso guiño al sol, e invitando a las nubes a bailar con él.
Apareces vestido de oro rojizo,
y tu luz brilla hasta el anochecer,
como un cuadro sin final.
Aceptas los cambios que se presentan a través de múltiples movimientos, que muestran vida.
Voces y sonidos con alma, mágicos colores.
Una alfombra de hojas, cubriendo el suelo, como señal.
Gotas de lluvia que acompañan.
Esperando con ilusión, nuevos retos por realizar.
Comenzaremos con el Día del Deporte.
Respeto y diversión, juegos y aprendizaje.
Descubrimiento y curiosidad,
incorporando lo nuevo para seguir creciendo.
Otoño que visitas nuestro corazón,
para recordarnos, que cada uno,
por ser diferente, enriquece aún más.