La cometa

Veo una cometa,
no sabe volar.

El aire se ríe y la mira, inquieta.
¿Cuándo ascenderá?

Los árboles la observan, la llaman.
¡Hazlo a la señal!

Movemos las hojas.
¡La oportunidad!

Se desliza con la elegancia,
quizá de un Valls.

El cielo la recibe,
no hay nada que temer.

Aquí está.

Y vuela tan alto,
siguiendo el compás.

Dejándose llevar…

Sube, desciende,
baja y asciende.

Es su voluntad.

La cometa por fin,
ya sabe volar.

Importa la sonrisa,

que ocupa un lugar,
en el corazón de alguien,
que sabe escuchar,

 y esperar.

La sabia cometa,
ya deja el desván,
para volar juntos,
no importa el lugar.

 

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