Su historia es la de tantos corazones callejeros que sin esperarlo se encuentran con uno de acogida que devuelve la esperanza de una caricia y un cuidado especial.
La viste vagabundeando y poco a poco te acercaste, observándola en silencio, respetando su espacio.
Con su ojo tuerto, pirata, pensaste si necesitaría un poco de atención sin perder su libertad y la encontró a tu lado.
Y hoy, come a tu vera y sale al campo, radiante, como una novia acicalada, que vuelve para sentir tus manos sobre su lomo suavecito; llenándola de mimos durante un ratito más, soñando sus mejores tiempos.
La construirse una casa para el calor y para cuando llegase el frío se sintiera confortable, solo para ella, tu gata pirata.
Sigues contemplando emocionado, sonriendo, cada momento en que se despereza coqueta; sintiendo que su ojo perdido ,no la limite descubriendo y jugando en el mundo que tú has creado para su felicidad.
¡A propósito!
Se llama Deisi, un nombre precioso y seguro soñado .