Sea donde fuere, se mueven con el corazón.
Sus cinco sentidos parecen flotar en el tiempo, impregnádolo todo con el sonido de lo que significa amar.
Regalan su espacio y comparten su esperanza ofreciendo trocitos de volver a ser ,dando.
Nos llaman en silencio sus pasos con la señal de no rendirse y confiar.
Manos que abrazan , una fortaleza sin igual.
Vuelan sin alas, voces con fe que confían.
Compartiendo lágrimas y sueños rotos.
Ilusiones ahora escondidas en un rincón y detalles perdidos, que aún se siguen buscando.
Pero ahí están ellos, estamos tantos, los voluntarios, en tan diversos momentos.
Los que con su bello hacer, cada día, nos muestran un comienzo.