Claro que es invierno. ¿Por qué me extraña?
Si hasta debería nevar más, pero cuando tengo la nariz y los pies fríos, sólo pienso en el sol.
Con lo fácil que es ponerse un gorro, unos guantes y una bufanda que recuerde a mi cuello,(que por suerte no es como el de una jirafa ya que necesitaría más que cubrir), que este tiempo tan fresco, no es sino una auténtica postal de nuestra nueva estación invernal que nos llama a comenzar.
Y desde lo más alto con un manto blanco nos despiertan elegantemente las montañas amigas.
Respiras, suspirando cuando un aire gélido nos ofrece una caricia tan fresca que te hace estremecer.
Y resoplas.
Y saltas.
Y chillas.
Los árboles entonces erguidos y expectantes como si de un desfile se tratara,
nos hablan del día y de la noche.
Entonces cierras los ojos , quizá te duermas, quizá sueñes para que tus deseos del nuevo año no sean sino hacer feliz y seguir…
