Mamá tiene un abanico,
que lo mueve como nadie.
Su soltura está en sus manos,
en sus ojos, en el aire.
Son tan finas sus tablillas,
que las flores las sostienen
por ver salir sus pinturas,
a la sombra de la tarde.
Como mueve su abanico,
si no necesita aire,
porque enamora hasta al viento,
con su expresión dulce y suave.
Y nos sonríe la vida ,
con sus pequeños detalles,
miramos en los bolsillos,
dónde nos cabe hasta el aire.
Mamá tiene un abanico,
que lo mueve como nadie .
Parece un hada con alas,
flotando en un mar de nubes,
donde se refleja el cielo,
en su carita de ángel.
Mamá tiene un abanico,
que lo mueve como nadie.