Llegaste con tus dorados colores y nos enamoraste de nuevo con tu paisaje.
Recogemos tus hojas antes verdes y te miramos con dulzura.
En compañía del aire, una pícara sonrisa, un tropiezo inesperado y un pelo revuelto. Nos observas, saludas y callas.
¡ Qué bello eres !
Despertando a la tierra, a la lluvia que avisa a la esperanza.
Entonces, un tímido sol se asoma y se esconde a través de una nube jugueteando con ella.
Los árboles no tienen prisa y se abrazan entre ellos.
Calma.
Seguir tu pasos es avanzar en el tiempo.
Equilibrio.
Y rompo a llorar de emoción por tanta belleza.
Armonía.
Otoño.