Cada instante con alma

En todo momento, en todo lugar,
sus voces se oyen en mi despertar.

 

Y hasta cuando duermo, sueño con estar,
de la suave mano de mamá y papá.

Siento escalofríos y calor de amor,
de dos personitas que me regalaron
la vida para estar junto a la suya,

en un mar de mágica ternura.

 

 Hoy se escapa entre mis dedos y la he de añorar.
Su viaje lo hicieron en silencio y paz,
con una fe ciega en su caminar.

 

Si, inesperado, quizá.

 

Y cierro los ojos, los veo, ahí están;

 tan cerca de mí que hasta su respiración puedo notar.

Recorriendo en mi memoria cada tramo de su piel,

que sigue intacta y grabada, en la mía también.

 

Y mamá fue niña de nuevo a mi lado,

 con papá como su príncipe adorado.

 

Bailaban al son de la vida,

 una auténtica aventura de idas y venidas.

 

El cielo como testigo les iba a enamorar,

 y en el aire se reflejaba que el seguir juntos, era su verdad.

 

Nada podía ya separar a un amor tan puro,

 como el de mamá y papá.

 

Mis lágrimas y mi sonrisa os llaman, os buscarán.

 

Y en cada instante con la ternura del alma rota que recoge sus pedazos,

seguiré escribiendo palabras para recordar.

 

Sintiendo vuestra alegría,

vuestra presencia viva,

 como lo es la Navidad vivida.

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