¡Lluvia!

¡Lluvia!

Tan esperada y tan intensa,
como los tiempos que corren.

 

¡Maravillosa lluvia!

 

No avisaste, pero llegas en el momento en el que necesitábamos sentirte.

 

Es entonces, cuando nos regalas la estación tan deseada para la tierra que lloraba tu ausencia.

 

Te presentaste con un aire violento, como si tu enfado llegase de lejos.

Y nos hiciste estremecer.

 

Después, una pausa pensando en tu sabiduría.

 

Y caes.

 

Rozando los rincones que se asoman a tu paso.

 

Y caes.

 

Llamando y sorprendiendo,
dando respuestas a los interrogantes.

 

Y cantas.

 

Sonrío cuando acaricias mi rostro,
y mojas mi pelo.

 

Dónde las gotas de lluvia me invitan a mirar el cielo con un nuevo color.

 

El de la calma.

 

Respiras y sientes cosquillas en el corazón.

 

Y bailas conmigo.

 

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