Todo se envuelve de fiesta ,
cuando llega San Isidro.
La pradera, llena de baile y colores,
de barquillos; ya no hay penas.
Y la gente de Madrid , acoge y con su encanto llega.
En sus caras se refleja la alegría de todos los que allí habitan y celebran.
Suena el chotis para los chulapos que visten y viven su fiesta.
Con las rosquillas presentes y una mesa puesta de sabores salados y dulces.
Como nuestro Santo reza.
San Isidro nos espera,
para abrazar de nuevo ,
el clamor de su pradera.